viernes, 6 de febrero de 2009

Sobre los sueños

El Sueño aterra a los convalecientes. Los arrastra hacia la acción.
Durante una tormenta de verano, mientras yo reposaba bajo la sombra fresca de un árbol, escuché los gritos de un convaleciente. Abandoné mi aposento y corrí en su ayuda.
El joven anciano se retorcía en la tierra mojada y fértil, porque había soñado con una cordillera rodeada de bosques multicolores, precedidos por cortes de ruiseñores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenísimo!!!!!!