Y de pronto se derrumbó mi alma
por una colina de plumas
por llevar tu nombre
impunidad del invierno:
este placer de ocultar lo que digo
en telas de arañas
para que no se sepa tu nombre
espejo de palabras y
una sirena que es la locura a lo lejos
tu nombre
que no es sabido
esa nada es mi respuesta
te nombro: una perla
en cofre de la más delicada humildad
martes, 21 de julio de 2009
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