este cansancio
sabor a tierra en los labios
esta mudez
de brote seco en el monte
quietud
la madera de los huesos esperando
un nombre
una carcajada en la cueva
una declaración de principios al fuego
las máscaras pendiendo de los árboles
los espejos
y siempre una voz nueva que regresa
del tiempo
siempre el lamento de las hojas
entre tanta muerte
entre tanto silencio
cansancio de maniquí en la vidriera de los días
cansancio del cigarrillo que se consume
olvidado
del vaso medio lleno
y la cerveza caliente
del gato que espera en la ventana
una noche de luciérnagas
y mientras tanto se rasca una oreja