miércoles, 23 de diciembre de 2009

NATURALEZA MUERTA

No sabía si era su cabeza la que semejaba una caja de recuerdos, o si no quedaba otra opción más que desparramar las cenizas sobre el tablero.
Había soñado con limoneros, azahares y patios perfumados por el agrio fruto de verano. Había soñado que giraba en torno del árbol, y nunca hallaba la rama por donde trepar hasta lo alto de la copa.
Trenzó algunas palabras, que se deshicieron como espuma.
Se miró a un espejo, y descubrió que un caracol lo espiaba desde la caparazón.
Tembló ante la indiferencia del viento, surcando el espacio de terrazas alumbradas por la luna.
Si hubiera sabido del silencio. Si hubiera callado para escuchar la voz.
Si hubiera ahorrado los pequeños favores, y hubiera existido, verdadero, para la realidad.
Entonces el viento sería el techo y el espejo. El viento sería una máscara de luz, sería un manto bajo la lámpara lunar.
Y había descubierto que no quedaban sino dos opciones: la caja de recuerdos, el arcón mental de los que viven a costas de sus piernas rotas; o las cenizas sobre el tablero.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Dulce hogar

Abrió los ojos.
Descubrió que el agua estaba bajando, y que pronto debería limpiar las manchas de humedad que había dejado la inundación.
Descubrió que no bastarían trapos secos y buena voluntad para el cumplimiento de su nueva tarea, sino que la luz de los ojos abiertos sería la mejor lámpara, la más eficaz de las hogueras, para recobrar el calor y el abrigo de los muros de su cuerpo.
Despertó.

jueves, 3 de diciembre de 2009

APRENDIZAJE

Quizás la oscura intuición de que todo aprendizaje es una preparación para un acontecer superior, un viaje que desligará por completo las ataduras del hombre a la tierra, a sus leyes materiales y físicas.
La intuición de una pronta liberación, aún incomprensible, del salir de la cueva hacia un lugar-otro, con todas las implicancias de la otredad.
Entonces desligar ataduras y abrirse a un dictado, a un flujo sin palabras, sin distancias ni tiempo, sin cuerpo, sin ojos, sin dedos que fragmenten la comprensión del presente.
La intuición de un próximo aprendizaje humano.