martes, 28 de julio de 2009

OTOÑAL


caen las hojas son manos

miro a los pobres espantapájaros

(¿qué tan yo son?)

frío de diente que castañetea

SIGA CAMINANDO invita una bandada


es otoño me decís patricio

justifica la espera

llegarán la luna el rocío la mañana

y reirás

cuando recuperen su plumaje los árboles


para que la anciana se despida

y sus bastones tintineando como huesos

sembrando las semillas de su regreso


pero aún teje

y desteje las hojas caen son manos

MOLDES EN LA ARENA



desmontar el lenguaje

congoja pero no se arrepienta
escuchará gritos
seducciones en el desierto
tres mil demonios bebiendo la noche en sus ojos
y también gritará

luego el mar aplacará el silencio

mar azul
cielo
espuma dibujando límites

donde los dedos son ciegos
donde cuenta la brizna su secreto

que será el suyo
que será el mío

canta la roca cuando última gota
la q
u
i
e
b
r
a

Laberinto de la marioneta



Las marionetas siempre vuelven al RUEDO.

Donde las reciben las sirenas
con sus soplos de cristal.

(Dientes en escalas cromáticas de
do re mi fa sol.)

En venas de las marionetas solo corren
hilos de Ariadnas.

El toro que los invita a salir del RUEDO.

Y mis manos como dagas
cortando el viento.

La marioneta
es de madera de otoño.
De sus cabellos cuelgan
las hojas secas
a punto
de caer.

En sus oídos crecen
azahares de silencio.

Detrás de sus ojos.
Qué poco fluye el oro de los espejos.

Marionetas se derriten en el RUEDO.

cuadro de mi ventana


vereda húmeda y despellejada

árboles como esqueletos

asfalto pálido de luna

viento mucho viento

silencio de sueños agazapados

acecho

pasos que tiemblan en el tiempo

chasquido de encendedor entre los dedos

zumba el humo en enjambres cenicientos

pasa un ?

y se ahuyenta hacia la nada

martes, 21 de julio de 2009

ANÓNIMO

Y de pronto se derrumbó mi alma
por una colina de plumas

por llevar tu nombre

impunidad del invierno:
este placer de ocultar lo que digo
en telas de arañas

para que no se sepa tu nombre

espejo de palabras y
una sirena que es la locura a lo lejos

tu nombre

que no es sabido
esa nada es mi respuesta

te nombro: una perla
en cofre de la más delicada humildad