viernes, 25 de septiembre de 2009

De una vieja cosecha encontrada en cajas de ayer

Una palabra medida, palpitando como un pájaro entre las manos, para disipar esta soledad, la noche envuelta en silencio, para el regalo del amanecer, de los ojos fosforescentes después de tanto humo, de tanto viento en los corredores de la sangre.
Una palabra para no sentirse tan solo, tan en el limbo de los vasos a medio llenar, esperando, una luz, un decir, un dedo señalando el punto que atravesar.
Una palabra, nada más.
De tu aliento lejano, desconocido, ansiado de caricia muda, tu palabra para sanar esta noche.

Una palabra que abra este capullo que soy, que somos, del cual no podemos despertar porque duele.
Una palabra que es astilla de bienestar, ante la ceniza en los labios, baba en los ojos, los ojos que no ven, no pueden, aunque quieran no pueden ver.

martes, 1 de septiembre de 2009

PRIMAVERA ENFERMA

el refugio de sus alas ha sido
calcinado por el sol

un verano de fuegos negros, primavera

entonces para ser
te desmejoraste, primavera enferma

tenías
el oro de los cisnes en tu boca
una hebra de miel en los labios
los ojos aterciopelados como la piel del durazno

pero los soles negros asesinan,
primavera,
enferman

con la frecuencia de un reloj rabioso
olvidaste las alas en el nido de unas manos
cubiertas de espinas

primavera enfermaste
primavera enferma

salías a caminar siguiendo
siempre siguiendo
la estrella del sur que se agrietaba en tu frente

estrechaste un ramillete que el otoño
ofreció disfrazado
viejo mendigo de fáustica sonrisa

las manos se despellejaron
y fueron pétalos, primavera,
pétalos enfermos para la primavera
enferma

¡serpientes! dijiste gritaste
cuando picaron tu cuello
hasta volverse tu collar

la primavera llega enferma
de corales de margaritas de mohosas palabras

llega enferma de nudos y de tallos verdes
la primavera