viernes, 8 de enero de 2010

El descenso

Observaron con sorpresa las tres lunas que colgaban del cielo bermejo.

Dieron sus primeros pasos con lentitud, pesados, casi arrastrados por el polvo de la superficie. Uno de los hombres advirtió que la luna mayor hacía vibrar un resplandor violeta, que más parecía un código cifrado que un fenómeno cósmico o del azar de aquella naturaleza. Era el primero de la fila. Agachaba su cabeza y tiraba con todo el cuerpo para poder despegar los pies del camino.

No advirtió la desaparición repentina del resto de la tripulación que marchaba detrás de él. No advirtió que las tres lunas irradiaban un fulgor que semejaba una carcajada.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

ME GUSTA MUCHO...Graciela

Egocripta dijo...

La verdad que muy bueno. Y como me interesó bastante, ahora seguiré expiando tu blog ^^
Gracias por la firma en mi balante, no comenté antes porque hace unos días llegué de mis vacaciones.
Un besooote=)

Egocripta dijo...

balance*

Anónimo dijo...

Pato,
Pensar que empezaste este blog cuando nos dejaste de dar clases...
que rápido pasa el tiempo! sí,ya sé, es agua...
Si no te firme antes es porque no sabia que tenias blog.
Bueno no quiero sonar aburrida
"Morelliana: Sos un grande Patricio!"
Me encanta tu literatura, ya se que te lo habran dicho muchas veces pero no puedo evitar pensar en Cortázar cuando leo tus textos(sera por las clases, no se, jaja).

Bueno un saludo enorme para Barbi y para vos, fueron estupendos profesores, sigan así!

Belen Sarratea.

Patricio H. Agüed dijo...

Gracias, Belén, por el comentario. Estoy muy agradecido por esa Morelliana, che. Te mando un beso grande y espero que todos tus proyectos se estén (y sean) concretando como tus deseos llaman.