lunes, 1 de diciembre de 2008

El árbol del bien y del mal

Cómo marginan los hombres de las manzanas.
Tenemos muertos por su marginación.

Acariciaban con manos de fuego
el blanco perfil del ángel.

Marginan a los mil demonios
de alma celeste
que alimentan con los sagrados desperdicios.

Tenemos muertos vivos
(como los de las películas,
pero palpitantes)

Y tenían una cruz de lengua,
la publicidad más barata en la que pudieron pensar.

Los demonios siguen siendo ellos:
los hombres de las manzanas.
Los que han encarcelado en sus monumentos
a la bestia hermosa de dientes de oro.

No hay comentarios: