viernes, 1 de octubre de 2010

CAFÉ PARÍS (las dos de la tarde)


levanto la vista y veo siempre lo mismo

detrás de la cortina

detrás del vidrio

los autos en fila

el paso lerdo desganado

el desengaño

de la gente


me vuelvo al cuaderno

al papel

al intento por decir en verso

qué decir


decir que ando solo y me busco

que fumo y hundo la trompa

en el café en la calle en los trenes


decir que estamos tan solos

decir si dios no existe entonces

no tengo ganas


apenas si escribo si pienso si extraño

apenas levanto las manos para encender los cigarrillos y dejar el lápiz y el cuaderno mirar siempre lo mismo detrás de la cortina detrás de los vidrios en el anonimato de tanta soledad


entonces mojar los labios

en agua

en algo

en café amargo cerveza whisky vino

en soda

para gritar con ganas y más fuerte


hasta que mi voz

tortuga que se resiste al abandono del caparazón

recorra el asfalto

como un rayo

como un trueno

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