martes, 21 de julio de 2009

ANÓNIMO

Y de pronto se derrumbó mi alma
por una colina de plumas

por llevar tu nombre

impunidad del invierno:
este placer de ocultar lo que digo
en telas de arañas

para que no se sepa tu nombre

espejo de palabras y
una sirena que es la locura a lo lejos

tu nombre

que no es sabido
esa nada es mi respuesta

te nombro: una perla
en cofre de la más delicada humildad

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno!!!!

Patricio H. Agüed dijo...

Gracias por el comentario, Anónimo. ¿A quién debo agradecerle? ¿Quién sos?

Graciela dijo...

Soy mamá!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Patricio H. Agüed dijo...

Gracias, má, entonces, por tu comentario. Te mando un beso grande. Me alegra que te haya gustado el texto.