A veces, el viento.
A veces, esta cápsula en la que estoy dentro.
Son los que se desgarran
me desgarran.
A veces, el desgarro.
Son los que se afilan la memoria
en el perdido
en el culpado
en el que nunca dispone los dos pies
hacia un mismo lado.
A veces, el letargo.
A veces, este no querer despertar.
El tiempo que arranca las uñas de los dedos.
El tiempo que alimenta de heridas.
A veces, el deseo de no ser.
A veces, el deseo de no ser más que viento.
miércoles, 31 de diciembre de 2008
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2 comentarios:
Muy bueno pero muy triste...demasiado triste. Besos, mamá
Me encanta... Está muy buena, la verdad que me fascinó.
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